Grupo de Teatro de la Junta Central


La vinculación del “Tenorio” con la Junta Central, tiene sus orígenes en el año 1972, siendo Jenaro Vera presidente de la misma y miembro activo del grupo. En aquellos años la Junta Central de Comparsas organizaba “La Semana del Humor” que se inició en 1971 con el Primer Concurso Nacional de Dibujos de Humor, que supuso el contacto con el dibujante madrileño Serafín, que dio pie a varias portadas de las Revistas de Fiesta entre los años 1971 a 1985, así como también se llevaba a cabo una Feria del Libro de Humor, y conferencias, con ponentes de la talla de Evaristo Acevedo y Jorge Llopis, entre otros. En abril de 1972 como acto adicional a la Semana del Humor, Jenaro Vera incluyó la representación de El Señor Don Juan Tenorio o dos tubos un real que había dejado de representarse en el año 1961. Sucedió que la puesta en escena tuvo tal éxito y agradó tanto al público que Jenaro decidió seguir representándola en su fecha del 28 de diciembre reanudando así una vieja tradición eldense que había estado a punto de desaparecer.

Los primeros años se citaba en los carteles a la Junta Central como organizador del evento. Fue en 1976 cuando se empezó a denominar “Grupo Artístico de la Junta Central de Comparsas”, figurando otras veces como “Grupo de Teatro de la Junta Central”. Este colectivo durante los primeros años de la década de los ochenta, no solamente se ocupó de la representación del “Tenorio”, sino que realizó también otras comedias de humor, tales como “Que listo es Calixto”, “El Casado casa quiere”, “La locura de Don Juan”, “Anacleto se divorcia” y “Usted puede ser un asesino”.
Es a partir del año 1999 cuando se incorpora en el organigrama de la Junta de Gobierno de la Junta Central al “Grupo de Teatro” como una comisión más.

Los orígenes del Tenorio eldense de Emilio Rico

"El Señor Don Juan Tenorio o dos tubos un real" se estrenó el 28 de diciembre de 1919. Su autor Emilio Rico Albert, comenzó a concebir la idea de la parodia de la figura de Don Juan, basándose en la obra de José Zorrilla, estrenada el 28 de marzo de 1844 y que subía a los escenarios puntualmente el Día de los Difuntos o de Todos los Santos, en noviembre. Es más que probable que Emilio Rico al escribir su "Tenorio", tuviera ya la idea clara de representarla también puntualmente al igual que el de Zorrilla, pero por su contenido humorístico, crítico y socarrón, en lugar de el Día de Difuntos, qué mejor que el Día de los Inocentes que se prestaba mejor para un día de sorpresas y bromas, y para que nadie pudiera sentirse incomodado en caso de ser aludido.
Se ha especulado con cierta frecuencia sobre la fecha del estreno del “Tenorio”, llegándose a afirmar que fue en el año 1921, incluso posteriormente se daba como más probable el 1923, pero al investigar sobre la vida de Emilio Rico descubrimos, consultando los números del semanario local "Valle de Elda" en la hemeroteca de la Biblioteca Municipal, que en el número 179, de fecha 30 de enero de 1960, en una entrevista publicada, realizada al propio Emilio Rico, él mismo confirmaba la fecha del estreno situándolo el 28 de diciembre de 1919.
Emilio Rico, enamorado de la obra de Zorrilla, había trabajado en la confección de una parodia de Don Juan Tenorio, pensado en un lenguaje "cagaldero" y cambiando la nacionalidad de Butarelli, de italiano, como es en la obra de Zorrilla, a valenciano.
Emilio, relacionado con el grupo, propuso poner en escena la obra que estaba a punto de terminar de escribir y que había bautizado con el nombre de El Señor Don Juan Tenorio o dos tubos un real.
Una vez hecho el contacto con un grupo de teatro local de la época que dirigía Antonio Cremades, y contando con la importante colaboración de José Verdú, llegó el momento de llevar a cabo la representación y decidir el reparto. Emilio Rico lo tenía muy claro. Los papeles femeninos, para mayor chanza, serían interpretados por hombres, emulando así el modo de hacer del teatro medieval. No se sabe con certeza cuando comenzaron los ensayos, ni si Emilio Rico tenía el final de la obra decidido, pero cabe situarlos en los primeros meses del año en que se estrenó, en 1919. El director, Antonio Cremades, emprendió la dura tarea de conducir el movimiento de los actores y matizar la dicción del papel, si bien algunos de ellos habían ya demostrado sobradamente sus cualidades artísticas en el escenario, como era el caso del autor Emilio Rico, a quien sin duda le iba ni que pintado el papel de su Don Juan.
Otra de las cuestiones que se plantearon en aquellas primeras reuniones era la fecha del estreno. ¿Porqué no el primero de noviembre, que es la fecha tradicional del Tenorio de Zorrilla?... Seguramente surgirían dudas. Es más que probable que Emilio apuntase, con el humor que le caracterizaba, que si la representaban en noviembre, el público podía reaccionar "peligrosamente" contra los actores. Así pues, mejor el 28 de diciembre, Día de los Inocentes, que era una fecha que se prestaba a la broma y al desenfado.
Comenzaron al fin los ensayos. El lugar, una de las dependencias de una de las más importantes fábricas de calzado de la época La Industria Española del Calzado, que estaba situada en el mismo espacio que hoy ocupa el Edificio Ernes. Uno de los integrantes del grupo estaba relacionado con la fábrica, y como había suficiente espacio, allí se realizaron los ensayos durante varios años, así como en ocasiones, en casa de los padres de Jenaro Vera.

Uno de los primeros pasos, aquel año 1919, fue la distribución de los papeles. El primer reparto de la historia de El Señor Don Juan Tenorio o dos tubos un real fue asumido por los siguientes actores:

DON JUAN.- Emilio Rico Albert.
DOÑA INÉS.- Santiago Pomares (a.) Talega.
DOÑA BRÍGIDA.-Pascual Gil (a.) Pascualico Tartana.
DON LUÍS LEJÍAS.- Ángel Vera Coronel.
EL COMENDADOR.- Jesús Gil Ponce.
DON DIEGO.- Sebastián Rosas del Bosque.
BUTARELLI.- Juan M. Llopis Taltabull.
CHUTTI.- Antonio Cremades.
DIRECTOR.- Antonio Cremades.

La tarea de apuntador corrió a cargo de José María Pérez Gras, el traspunte fue Luis Maestre Coronel, padre del actual traspunte Pedro Maestre Guarinos, y de la venta de entradas en taquilla se encargó Manuel González. En el grupo estaba también Francisco Candelas Carratalá, que después de varios años, se haría cargo del papel de La Inés, jugando un papel importantísimo en la historia del "Tenorio", como veremos más adelante. Y José Verdú que ayudaba en las tareas apunte y traspunte. Pronto se fueron incorporando nuevos actores que fueron metiéndose en el reparto a medida que había alguna baja, como Sandalio Requena, Antonio Vera, y José Rico Prats, el popular "Nata", que interpretó durante varios años, otra de las "Ineses" memorables. Aquel 28 de diciembre hubo en Elda una gran expectación. El flamante Teatro Castelar que contaba tan solo con quince años de existencia, registró un lleno total superando todas las previsiones. Había público hasta en los pasillos. Tal fue la aglomeración y la gente que se quedó en la puerta sin poder entrar que el alcalde, temiendo algún altercado, salió a la puerta acompañado por la guardia civil, para calmar los ánimos y prometerles que la obra sería repetida a los ocho días. Y así fue, ambas representaciones constituyeron un rotundo éxito. El público se divirtió de lo lindo riendo a lo largo de la función, sin saber que mientras se estaba representando, aquel día del estreno, el autor Emilio Rico andaba por los camerinos, en los momentos que no estaba en escena, escribiendo el final del último acto, que después, rápidamente, iba transcribiendo José Verdú para que los apuntadores hiciesen el resto.
Difícil es saber si aquel grupo de teatro de aficionados, ni tan siquiera el propio autor, eran en aquellos momentos conscientes de lo que aquel estreno iba a significar con el tiempo para la vida cultural eldense. Es indudable que el fenómeno cultural que representa la obra para los eldenses y que va perdurando en el tiempo, tiene su porqué en el texto que escribió Emilio Rico, que salvando generaciones, año tras año, conecta perfectamente con la idiosincrasia local, a través de sus ingredientes críticos y socarrones que le dan actualidad, con las sorpresas del "Fin de fiesta", y sobre todo porque el guión sigue manteniendo su frescura, especialmente en determinados pasajes donde sistemáticamente el público ha reído, ríe y seguirá riendo, siempre que se mantenga la tradición de representarla.